
Desde 1991, el metrónomo de Praga corona el parque de Letná. Se vislumbra al final de la calle Pařížská, como si fuera un coloso cuyo bastidor parece marcar el tiempo. Como un gran reloj, su gigantesca aguja oscila de un lado para otro, de forma continua, marcando un ritmo infinito. Es uno de los monumentos más recientes de los checos, pero de visita imprescindible. Su ubicación hace que podamos disfrutar de una de las mejores vistas de Praga. Lugar favorito de muchos, se ha convertido en un templo tanto para los patinadores como para los amantes de la cerveza, ya que dispone de locales en la misma base.
Historia del metrónomo
La historia comienza hace casi 100 años. La creación de la República Checoslovaca en 1918 supuso un antes y un después en Europa. Los checoslovacos debían demostrar que la unificación surgida tras la Gran guerra era un proyecto viable. Impulsados por la industria, se convertirán en una de las mayores potencias Europeas, y para hacer un guiño a sus aliados en Francia, el país más fuerte tras la Primera guerra mundial, surge la idea recrear los Campos Elíseos de París en el centro de Praga.
La culminación total de su construcción fue desechada por falta de dinero. La calle Pařížská se vio truncada por la crisis de la bolsa en Nueva York en 1929. El proyecto para continuarla a través del parque de Letná nunca se vio realizado, y la calle de París se quedó en 431 metros de longitud. Por importancia y posición, ya que además del parque desemboca a la plaza de la ciudad vieja de Praga, era el escenario perfecto para ubicar un monumento en altura.
Monumento a Stalin
Y así sucedió, pero unos años más tarde y en plena República Socialista Soviética. Tras la llegada al poder del partido Comunista Checoslovaco en 1948, su presidente Klement Gottwald aceptará la exigencia desde el Kremlin para la conmemoración del auténtico líder soviético. Mediante concurso público, concertado en 1949, se presentarán diez proyectos diferentes. Al ser tan pocos, el ministro de información Kopecký invitará a los escultores y artistas más conocidos para que «voluntariamente» dieran su visión del futuro monumento. Tras la presentación de unos sesenta bocetos, el «agraciado» con el honor de levantar la estatua, correspondió al escultor Otakar Švec.
Tras muchas correcciones, el diseño final mostraría al líder comunista al frente de un complejo escultórico. Su construcción comenzó en 1952. Le seguirían a cada uno de los lados cuatro soviéticos y cuatro ciudadanos checos. Con 30 metros de altura y de granito, el mayor monumento en honor a Stalin del mundo había sido diseñado con una sola intención: durar para siempre. Se inauguró el día 1 de Mayo de 1955, y los checos pronto la denominaron «la cola para comprar carne».
Destrucción de la estatua de Stalin
El mismo Iósif Stalin jamás vio la obra terminada. Murió el día 5 de marzo de 1953. Su sucesor en el poder soviético fue un Ucraniano llamado Nikita Jrushchov. La condena a las purgas, matanzas y hambrunas a las que se había sometido al pueblo, hizo que se comenzara un proceso de «desestalinización», como única manera de afianzarse en el poder. Las continuas presiones hacia el escultor Otakar Švec, primero con Stalin por acabar la obra y luego con Jrushchov por conseguirlo, hicieron que éste incluso se suicidara a dos meses de la inauguración de la estatua. Stalin se había convertido en una vergüenza para la madre Patria y ya no se veía con buenos ojos una obra de tal magnitud hacia su persona. El monumento debía desaparecer.
Se dinamitó en 1962. Bajo el más absoluto secretismo, y para no empañar la imagen de la República Socialista Soviética. De hecho, solamente se conoce una fotografía del proceso de destrucción. 800 Kg. de dinamita y tres detonaciones acabaron con aquel monstruo de piedra. Del complejo escultórico solamente quedó la base actual de granito y durante muchos años quedó en el olvido. El comunismo acabó en el año 1989.
El metrónomo de Praga
El proceso de restauración de la República Checoslovaca no fue sencillo. La privatización de las empresas, la aceptación de un nuevo modelo económico y las dificultades de emprender un nuevo «camino checo«, restaron esperanza a la gente. La idea de crear un símbolo nacional, sobre las ruinas del sistema anterior, surge como paliativo e impulso a los corazones de esas personas.
El escultor Vratislav Karel Novak fue el encargado de realizar aquel proyecto. Se aprovecharía de aquel espacio vacío en lo alto del parque de Letná. Con vistas hacia el río Moldava y tomando como referencia un metrónomo, se levantó un monumento dinámico. Siete toneladas de acero y 75 pies de altura (23 metros) se colocarían para aceptación de los nuevos tiempos. Un metrónomo es un aparato mecánico, pequeño, cuyo bastidor ayuda a un músico a seguir el tempo, compás o pulsos en las composiciones musicales. Digamos que sirve para establecer la duración de cada nota.
El metrónomo de Praga se ha convertido en un estandarte de una nueva época. Si la historia fuera una partitura, sus notas no sonarán como en el pasado. Nada tendrá que ver con el comunismo soviético. Los checos están preparados para la melodía del siglo XXI. La historia deberían escribirla ellos mismos. Los checos estaban preparados para marcar su propio ritmo.
Alrededores del metrónomo
La parte de atrás del metrónomo se utiliza como pista de patinaje al exterior. Se ha convertido en toda una referencia en el mundo del monopatín. En el mismo parque de Letná es habitual, en los días de buen tiempo, ver a mucha gente joven en los aledaños del metrónomo. No solo está destinado a los amantes del monopatín, sino a cualquiera que quiera disfrutar de uno de los lugares más tranquilos de Praga.
La ruta desde el mirador, nos lleva a visualizar el metrónomo imponente en lo alto del parque. Se puede tomar una fotografía con una de las mejores vistas de todo Praga. Recorrer unos pasos para pedir una cerveza en la base de piedra. Disfrutar del ambiente y visualizar Praga. El parque de Letná se puede recorrer hasta el «Beer Garden» en busca de más recuerdos que llevarse a casa.
Dónde está el metrónomo de Praga
Se encuentra al final de la calle Pařížská, la de las tiendas caras. Sólo hay que cruzar el puente de Čech, y subir a la cima del parque de Letná.
Curiosidades del metrónomo
- El espacio que dejó la estatua de Stalin lo ocupó de forma ilegal una emisora de radio pirata que tomó el nombre de Radio Stalin, actual Radio 1 de Praga.
- La base de la estatua sirvió para el primer club de rock de Praga a comienzos de los años 90.
- Se dice que el primero en utilizar un metrónomo en sus composiciones musicales fue Ludwig van Beethoven.
- En 1996 se colocó durante tres meses una estatua de Michael Jackson de unos 10 metros de altura durante la promoción de su disco History.
- El día 1 de enero suele ser uno de los lugares desde donde se lanzan los fuegos artificiales para recibir el año nuevo.
- En 2016 se restauró el mecanismo, colocándose un bastidor de color verde en lugar del rojo habitual. Por presión popular hubo de cambiarse y a día de hoy se puede ver el mismo color que el original.
- En el contrapeso del metrónomo, hay una inscripción en checo que pone: «Společnost pro všeobecnou československou výstavu v praze 1991«. Significa: «Sociedad para la Exposición General de Checoslovaquia en Praga, 1991». Recordemos que el monumento se colocó antes de la creación de la República Checa.
Galería de fotos del metrónomo de Praga
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