
La historia de la cerveza tiene un origen mucho más antiguo de lo que la gente suele creer. Hay que remontarse hasta la edad de piedra, cuando el hombre se vuelve sedentario, y comienza a alimentarse, además de carne, del cultivo de la tierra. Hay que tener en cuenta que, según qué condiciones de humedad y temperatura, todo vegetal queda expuesto a una fermentación natural o descomposición, que mezclada con los almidones de la atmósfera, puede producir alcohol. El hombre ya empezó desde la prehistoria a consumir este tipo de alimentos, y se dio cuenta que, consumidos en cierta cantidad, producen un efecto de bienestar. Es por ello que comenzaron a aparecer diversas bebidas alcohólicas.
Historia de la cerveza en el mundo
Si bien es cierto, la primera prueba probada científicamente la encontramos en la antigua Mesopotamia. En torno al año 6000 a.C surgen los auténticos orígenes de lo que a día de hoy es la cerveza. En escritura cuneiforme, se encontró una tablilla del pueblo Sumerio donde se habla de la cerveza, llamada «siraku «. Por entonces aquello era una ofrenda para los Dioses, en uno de los documentos más antiguos conocidos por el hombre. Para ello hacían pan, y la cerveza se hacía con pan poco cocido, sumergiéndolo en agua y dejándolo fermentar.
No obstante, en diferentes lugares del mundo, comenzaron a aparecer diferentes bebidas similares cada una con su nombre. Todas ellas basadas en los cereales o vegetales propios de cada tierra. Así, al igual que en Mesopotamia se utilizaba la cebada o el trigo, en China o Japón se utilizaba el arroz, lo que ahora llamamos «sake «, que es más parecido a una cerveza que a un vino. En la India se creó el «soma » y el «sura «, usando hojas de asclepas o panicum respectivamente. En África se usará el mijo y el sorgo como cereales básicos y en América el maíz.
Entrada de la cerveza en Europa
Tengamos en cuenta también, que la antigua cerveza se parecía muy poco a la actual. De hecho, se parecía más bien a unas especie de gachas. Como si fuera una papilla. Es más, en la zona de Palestina se le denominaba «shekar «, que es como llamaban al grano. La primera cerveza que encontramos en Europa fue realizada por las tribus Celtas alrededor del año 3000 a.C. y se llamaba «kurmi «. Una cerveza a la que añadían todo lo que encontraban en la naturaleza, ya fueran bayas, frutas, o huesos, todo se aprovechaba.
La cerveza se elaboraba principalmente con la intención de beberse en rituales religiosos. De ahí que fuera famosa en el pueblo Inca, que elaboraba su «chicha » una cerveza elaborada a partir de maíz antes de ser descubiertos. En el pueblo Persa lo utilizaban los sacerdotes para alcanzar a Dios en sus plegarias. En Egipto, se utilizó durante 3000 años el llamado «zythum » elaborado por las sacerdotisas, de base de cebada a la que añadían especias como el comino, azafrán o jengibre.
Aunque se dio a conocer por los cruzados que volvían de oriente, se instaló definitivamente en Europa por culpa de los griegos. Sus rutas comerciales por el Mediterráneo tuvieron un efecto de expansión en muy corto periodo de tiempo. En la antigua Roma se le llamó «cerevisia «, mezcla de las palabras «Ceres «, por la diosa de la agricultura, y «vis » que significa fuerza, un vocablo muy parecido al de la cerveza actual. En la República Checa, se le llama «pivo«, en nominativo, de raíz sánscrita «piv «, que significaba bebida.
La cerveza en la edad media
Al comienzo de la edad media, la elaboración de la cerveza se realizaba de forma casera. Poco a poco la industria fue creciendo, hasta que se instaló sobre todo en cervecerías de monasterios. Hasta el punto que será la principal actividad monástica de muchas órdenes religiosas, sobre todo del norte de Europa, y se convertirá en uno de los elementos indispensables en la dieta de los monjes, junto con el pan, la ingesta de 4 a 6 pintas diarias. La cerveza se convierte, no sólo en una bebida, sino en uno de los alimentos principales del día a día. Por este motivo, también la aristocracia será surtida abundantemente.
Así, durante cientos de años la cerveza será una bebida de lo más normal, siendo consumida desde niños a ancianos. De hecho, se verá que aquellos que bebían cerveza enfermaban menos que los que bebían agua. Lo que no sabían era el motivo, la fermentación de la cerveza mataba los gérmenes convirtiéndola en una bebida segura. En unos tiempos donde la higiene no hace acto de presencia, se antoja una salvación. Se atribuye a San Arnulfo, un monje benedictino, la expansión de la cerveza entre campesinos, como vía a recuperarse de enfermedades o incluso no llegar a enfermar.
La cerveza se empieza a comercializar
Hay registros de que en el comercio medieval se podía pagar con cerveza, así como el pago del diezmo y de los impuestos. Pero la historia de la cerveza tiene en el siglo XI un punto de inflexión. La duración de la cerveza era el principal problema para una comercialización a mayor escala. Las propiedades de la cerveza hasta entonces limitaban su duración a unos escasos días. Unido al problema del transporte de la época, hará que la aparición de un componente, hasta entonces desconocido en la cerveza, sea la llave de la innovación que se necesitaba. Aparece el lúpulo.
Si bien es cierto, hay indicios de que en Bohemia se utilizaba el lúpulo en la fabricación de cerveza desde el siglo IX. Supuestamente se elaboraba en la fábrica del monasterio de Bresnov, pero no se ha encontrado prueba constatada. La primera constancia escrita de adición de lúpulo aparece en el siglo XI. Una monja benedictina, abadesa de Rupertsberg, Hildegard von Bingen, tiene el honor de ser la primera persona en utilizar este ingrediente. Cuando se utilizó el lúpulo para aromatizar la cerveza, se descubrió que también la conservaba durante más tiempo. Otro de los efectos fue agregar un sabor agradablemente amargo. Fue el punto de partida para la producción a gran escala de cerveza y comercialización por Europa, sin miedo a las limitaciones previas impuestas por la naturaleza.
Expansión de la cerveza
Durante siglos, la aparición de nuevas fábricas de gran renombre será la tónica habitual. En la zona Alemana se instalarán la mayoría, y el gremio de los grandes maestros cerveceros será uno de los más importantes de la época. La cerveza se irá convirtiendo en la bebida más popular, superando al vino o la hidromiel. Por esa popularidad, y para mantener su esencia, en 1516 se crea la “Ley de la pureza de la cerveza”. Ley mediante la cual, se aseguraba que la cerveza sólo se elaborara con tres ingredientes, los conocidos agua, cebada y lúpulo. Gracias a esta ley, la producción de la cerveza se estandarizó en Centroeuropa. El encargado fue Guillermo IV de Baviera, aunque hay que destacar sus intereses ocultos, ya que poseía el monopolio del lúpulo centroeuropeo.
Con la llegada de la revolución industrial en el siglo XVIII, las máquinas de vapor hicieron posible la comercialización y producción de la cerveza a gran escala. Las cervezas mas famosas podían degustarse en cualquier parte de Europa.
La cerveza cambia su concepto
Llegamos a una de las fechas más importantes de la historia de la cerveza. El 5 de Octubre de 1842. Aparece por primera vez la cerveza tal como la conocemos hoy en día. La cerveza va a pasar de tener un carácter alimenticio a un carácter social, pasa de alimento a bebida recreativa.
Hasta entonces la cerveza era turbia, densa, llena de impurezas, de alta fermentación. Pero en una pequeña ciudad llamada Pilsen, en lo que hoy es República Checa, aparece la Pilsner Urquell. La cerveza se transforma, pasando a ser una cerveza translúcida, dorada, filtrada, limpia y de baja fermentación. Una cerveza que eliminaba todas las impurezas mediante el proceso de decantación, de la gravedad, dejando reposar la cerveza. Una cerveza que todo el mundo quería contemplar. Llegó hasta tal punto que revolucionó otras industrias. Hasta entonces se bebía en jarras de barro o de metal, y precisamente por esa transparencia comenzaron a fabricarse jarras de cristal. La industria del vidrio se vio impulsada hasta puntos que ni había imaginado.
Aparece la cerveza tipo lager. La que trabaja a temperaturas más bajas, realizando el proceso de la fermentación en sitios más fríos. Tengamos en cuenta que la palabra «lager » alemana significa almacén en español. En República Checa el idioma oficial era el alemán. De ahí la confusión muchas veces de que la creación de las lager fue en Alemania.
La historia de la cerveza actual
La historia de la cerveza es extensa, pero poco a poco se han ido descubriendo sus secretos. Hasta el siglo XIX, no se conocía el proceso de fermentación ni su desarrollo. Se dejaba reposar la cerveza y la madre naturaleza hacía su trabajo. Es lo que se llama fermentación espontánea. La llegada de los procesos de creación y mantenimiento del frío, hicieron que Louis Pasteur descubriera la levadura. Un pequeño hongo capaz de producir dicho proceso de forma artificial, reduciendo los costes, tiempos y aumentando la producción de forma significativa. A partir de entonces las investigaciones acerca de la levadura han dado lugar a miles de variedades diferentes que podemos disfrutar en nuestros días.
Al mismo Louis Pasteur se le atribuye otro de los procesos más recientes en la comercialización actual de la cerveza. La pasteurización. Conocida por calentar la cerveza y matar posibles bacterias dañinas, se crea el medio perfecto para la conservación actual. Se puede almacenar y distribuir la cerveza sin temor a que esta se estropee temprano.
La cerveza en nuestros días
Hoy en día la cerveza se ha convertido en una de las bebidas más populares del mundo. Su fabricación no sólo se restringe a Europa, sino que hay lugares en el resto del mundo con gran tradición cervecera. Así en América del sur, a la cabeza con México, Chile y Argentina, todos tienen gran producción y muy buenas marcas. Pero sin duda una de las revoluciones del siglo XXI es la elaboración de la cerveza casera. Actualmente está de moda aprender a elaborar cerveza a pequeña escala. Surgen microcervecerías en muchos lugares del mundo. La calidad de este tipo de cerveza se está convirtiendo en el credo de los paladares más exigentes.
La cerveza está en boca de todos, y qué mejor lugar para disfrutar de una cerveza que República Checa, la cuna de la cerveza actual.
¿Quieres una?.
Atrévete a formar parte de la historia de la cerveza.